La primera vez: Fernando

Fernando (24/08/2023)

Buenas noches, me llamo Fernando y tengo 55 años.

Más que primera vez, casi lo considero como una transición, evolución o el despertar…

Tendría 15-16 años cuando estuve por primera vez en una playa nudista, acompañaba a otros tres amigos y en un principio era la curiosidad lo que me animaba a llegar hasta esta playa. Tuvimos que andar varios kilómetros.
Una vez allí, yo quedé impresionado, no por ver cuerpos desnudos, sino por la naturalidad con que todos los nudistas disfrutaban de la playa, sin importarles absolutamente nada nuestra presencia, como si no nos vieran. Uno de los amigos se quitó el bañador y se pegó un baño, el resto esperamos en la orilla con los bañadores puestos mirándonos unos a otros sin decir nada, y yo, aunque me moría de ganas de bañarme en bolas, pudo más la vergüenza y no me desnudé.

Aquello siempre lo recordé y durante años algo en mi mente me decía que alguna vez tenía que probarlo, y aunque llegué a bañarme desnudo ocasionalmente en los siguientes años, no me lo tomaba como una práctica nudista.

Ya con unos 35 años le comenté a mi esposa de hacer nudismo alguna vez para probar la experiencia, pero no mostró ningún interés, por lo que yo tampoco insistí y así siguieron pasando años.

Fue a comienzos del presente año lo que para mí fue realmente mi primera vez. A pesar de ser invierno, hacía mucho calor. Yo iba haciendo deporte y suelo pasar por una playa muy poco transitada. Me apetecía un baño pero no llevaba bañador, el mar estaba perfecto, iba a bañarme en calzoncillos pero pensé, ¿para qué mojar nada? Dejé toda la ropa en la arena, y con nervios por si alguien me veía, me pegué uno de los mejores baños de mi vida. Al salir, cogí la ropa y me alejé de la orilla hasta una zona con vegetación, por ocultarme un poco no fuera que pasara alguien. Este pequeño paseo y el rato que estuve secándome al aire y al sol, también fueron de lo más gratificante.

Desde este momento, lo que fuera que durante años rondaba mi mente, explotó y ahora no soporto el bañador. Este verano he disfrutado de la playa como nunca hubiera imaginado y mi esposa, que solo hacía top-less, ya empieza también a desnudarse completamente y eso hace que yo esté mucho más relajado.

No podía imaginar a mi edad este descubrimiento, ahora estoy enganchado y solo veo ventajas en la práctica del nudismo, no sé cómo he podido soportar la incomodidad del bañador durante tantos años. Solo tengo un arrepentimiento, no haber empezado antes, pero creo que nunca es tarde.

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