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Sorpresa con el vecino

Jaume (13/10/2025)

Buenas a todos. Soy Jaume. Soy un chavalote de un pequeño pueblo de Mallorca, de cincuenta años recién cumplidos, que ha sido nudista desde los diecinueve años. Además, no solo nudista de playa, sino que siempre que el tiempo lo permite me gusta ir desnudo en casa. De abril a octubre si es posible.

El hecho es que ayer salí a la terraza a tender, desnudo evidentemente, y siempre suelo andar con cuidado de que no haya vecinos en las otras casas. No había en ese momento. Al terminar de tender, me giro y ahí estaba mi vecino, un chaval de mi edad, fumando en la terraza.

Tendederos

– ¿Que tal, todo bién?
– Aún hace buen tiempo hoy.
– Sí, suerte que ha parado de llover.

Una conversación banal y me metí adentro, de la manera más natural del mundo.

Esta mañana he coincidido con él tomando café en el bar. Y hablando de ayer, me dice que me tiene mucha envidia, que él iría desnudo por casa y en la playa siempre que fuera posible. Pero que su mujer no le deja. ¡No le deja ni que duerma desnudo! Y que ayer le encantó verme que yo, siendo soltero, hago lo que quiero en cada momento.

Envidia sana que se llama.



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Piscineando de nuevo

Juli (23/08/2025)

El año pasado conté una anécdota en la que acabamos los chicos del grupo desnudos en la piscina de unos amigos.

Este verano volvimos a hacer barbacoa, solo que esta vez éramos únicamente tres parejas. De camino al chalet, Sara, mi mujer, me preguntó si este año nos íbamos a bañar en pelotas otra vez. Yo le dije, haciéndome el interesante, que me lo pensaría, aunque tenía la clara intención de volver a repetir la experiencia, pero que sería más divertido si ellas se animaban, que alguna tendría que romper el hielo y que podría ser ella misma. Me miró y contestó: «Mmm, a lo mejor»

Cuando llegamos, a media mañana, hacía un calor de muerte. Se imponía un chapuzón en la pisci, nadie comentaba nada sobre bañarse en bolas por lo que fuimos a ponernos el bañador. Estábamos en el borde de la piscina, cuando Cris, la anfitriona, comentó: «Que sepáis que vuestro amigo, siempre que estamos solos, se baña siempre en pelotas». Y él contestó: «Y más de una vez tú también»

Piscina

Se había abierto la veda, nos quitamos los bañadores y nos metimos al agua. Mi mujer y Cris nos siguieron quitándose la parte de arriba del bikini. Ya solo quedaba Patricia, que tras mucho insistir también se la quitó.

Empezamos a picar a las chicas para que se quitaran la parte de abajo, No hizo falta insistirle mucho a Sara, que se quedó desnuda dejando la braguita en el borde de la pisci, imitándole Cris al instante. Al final Patricia, que es la más timidilla del grupo, hizo lo mismo.

Tras un buen rato en el agua, Patricia fue la primera en salir del agua, no sin antes volver a ponerse la parte de abajo del bikini. Cris iba a hacer lo mismo, hasta que vio a Sara subir desnudita por la escalera, así que hizo lo mismo.

Al final, hicimos una barbacoa nudista, salvo Patri. Quizás para la próxima conseguimos el pleno.

Ah, y cuando se lo contamos a la otra pareja que no pudo venir, mandándoles alguna prueba fotográfica, comentaron que la próxima vez se unen a la fiesta.



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Encontrar vecinos

Carme y Enjo (02/08/2025)

Buenos somos Carme y Jorge de Tenerife.

En verano solemos hacer algún viaje por nuestra islas, donde solemos disfrutar de nuestras playas.

Pues este último julio fuimos a Fuerteventura, que por cierto es una isla donde se puede hacer nudismo en infinidad de playas.

Pues nada, estando en una playa donde no había mucha gente, nos vemos una pareja como a diez metros. Se les nota algo nerviosos, estaban desnudos. Bueno Enjo me dice: «Son Pedro y Pily, vecinos del de edificio». Él se levantó y fue para ellos a saludar. Una vez allí me hizo una señal para que fuera justo a ellos.

Allí nada, que si nunca hacían nudismo pero que estando en esa isla y tal,… Pues Enjo les dice que nosotros somos nudista de toda la vida y que es una sensación única.

Al final nos pusimos juntos y después de hablar dimos un paseo por la orilla de la playa.

Al final quedamos para el día siguiente hacer nudismo otra vez. Es día nos comentaron que siempre que salían de la isla aprovechan para hacerlo y en la isla alguna vez.

No hay que poner excusas y reconocer que haces nudismo.



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Problemas con la Ertzaintza

Jon (10/06/2025)

El pasado viernes 6 de junio, aprovechando el buen tiempo, decidí ir a bañarme y tomar el sol en el Parque de Garaio. Como es mi costumbre desde hace más de veinte años, busqué un lugar apartado, coloqué mi toalla y me desnudé.

Al poco tiempo, observé a lo lejos a dos ertzainas acercándose a un hombre que también estaba desnudo. Tras una conversación, le indicaron que se pusiera el bañador, y así lo hizo. Posteriormente, los agentes se dirigieron hacia mí.

Uno de ellos me dijo: “El nudismo está prohibido”. Le pregunté por la normativa o precepto legal que respaldara esa afirmación, y me respondió que no estábamos en una “zona nudista” y que, para practicar nudismo, debía ser un área delimitada y señalizada como tal. Insistí en que, a mi entender, al estar en un espacio al aire libre, en un lugar apartado y sin nadie a menos de cien metros, no estaba cometiendo ninguna infracción. El agente mencionó la Ley de Seguridad Ciudadana (conocida como Ley Mordaza). Ante esto, decidí ponerme el calzoncillo (no suelo llevar bañador ni tenía intención de usarlo) y seguí exponiendo mis dudas y argumentos.

Finalmente, los ertzainas reconocieron que habían actuado a raíz de la “denuncia” de una ciudadana. Me aconsejaron que, si formaba parte de alguna asociación naturista, intentara promover la señalización de una zona nudista en el parque. Me pidieron mi identificación, a lo que accedí mostrándoles mi DNI. Tras esto, regresaron a su vehículo y se marcharon, no sin antes hablar con un grupo de personas que observaban desde el parking, presumiblemente los “denunciantes”, a quienes al parecer mi presencia y la del otro hombre desnudo les resultaba incómoda.

No pretendo criticar la actuación de los ertzainas ni de las personas que se sintieron molestas, pero sí me gustaría que, ante este tipo de llamadas, se informara claramente a los denunciantes sobre la legislación aplicable. También que, en caso de intervenir, los agentes no intenten dar interpretaciones personales sobre legislación o regulación inexistente así como el tema de la señalización o no de zonas para el nudismo.

Hasta donde sé, en el Parque de Garaio no existe ninguna prohibición explícita sobre la vestimenta, por lo que nada impide que una persona esté desnuda tomando el sol o bañándose. La Ley de Seguridad Ciudadana no menciona la desnudez, y aunque los ayuntamientos pueden regular este aspecto, dudo que el Ayuntamiento de Elburgo, al que pertenece el parque, o la Diputación Foral, que lo gestiona, hayan establecido alguna normativa al respecto.

Posteriormente llamé a la comisaría de la Ertzaintza en Lakua para intentar aclarar la situación y saber a qué atenerme en futuras ocasiones y la respuesta de quien me atendió al teléfono fue similar al argumentario de los agentes preguntándome si se trataba o no de una “playa nudista” y al final diciéndome que desconocía cómo estaba la situación en estos casos.

Ante este tipo de situaciones y antes de intervenir creo que la Ertzaintza debería estar más informada sobre la legislación aplicable y no intervenir en el caso de que el supuesto denunciado no constituya ningún tipo de infracción.

De cara al próximo verano me gustaría que este tipo de asuntos quedaran suficientemente aclarados a la ciudadanía tanto para quien denuncia como para no molestar a quien no comete infracción alguna.



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En la playa con amigos

David (11/06/2025)

A mí me ha ocurrido este comienzo de verano lo siguiente: Mi mejor amigo tiene novia nueva, yo con la mía llevo cinco años. Decidimos irnos de vacaciones a Cádiz. Sabíamos que íbamos a un destino en el cuál, era hasta lógico acabar algún día al menos en una playa nudista. Él y yo somos nudistas, pero mi pareja no y la suya sí, pero solo cuando están a solas en una playa.

Por tanto yo doy por hecho que voy a tener un momento CFNM (Clothed Female / Nude Male – Mujer vestida / hombre desnudo)… ¡Qué negativo llegué a ser! (Siempre he hablado bien de la experiencia tan sana y reconfortante que es el hecho de bañarse desnudos/as).

Justo cuando llegamos uno de los días a la playa de Santibáñez, colocamos nuestras cosas, una cerveza, nos la tomamos y ya empieza el calor a ser acuciante. Con toda la normalidad del mundo me desnudo y me voy a bañar (decir, que hasta ese momento estábamos los cuatro con nuestros bañadores y las chicas en topless como siempre). Al subir del agua, me encuentro con la grata sorpresa de ver a la novia de mi amigo desnuda tomando el sol y abriéndose otra cerveza. No me lo esperaba para nada y sobra decir lo natural que fue echar la tarde estando desnudos únicamente ella y yo (lástima que no se pudiesen unir mi pareja y mi amigo), con toda la normalidad del mundo y a distancias muy muy próximas. Mi pareja no puede tomar sol por una operación y lo que sí hacía era que cuando íbamos a bañarnos, se desnudaba y al salir se volvía a poner la braguita.



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Senderismo con amigos

Carmen y Jorge (14/05/2025)

Normalmente en invierno solemos participar en caminatas y senderismos. Un sábado quedamos para ir a un monte cercano, pero la noche anterior llovió, con lo cual solo fuimos seis personas y decidimos hacer un sendero de costa.

Bueno, para no alargarme, después de dos horas de camino llegamos a una cala. Comenta uno de los participantes «qué pena de no tener bañador», cosa que Jorge dice que un chapuzón en pelota nos podemos dar, cosa que causa risa y desconcierto entre los demás.

Después de una breve encuesta, donde nosotros decimos abiertamente que somos nudistas, los otros reconocen que han probado el nudismo alguna vez, pero en sitios apartados y sin conocidos cerca.

Yo digo que una vez tiene que ser la primera. Jorge es el primero, yo después. Ellos primero dudan, pero Pedro le dice a su esposa Ana que cuál es el problema, que necesita refrescarse un poco. Ya éramos cuatro desnudos en la cala. La otra pareja él se anima y su compañera se baña en bragas, pues dice que le da cosa. Bueno, una experiencia más.

Con con Pedro y Ana hemos ido muchas veces a la playa. Gracias a esa caminata nos hicimos grandes amigos y hemos llegado a compartir momentos íntimos las dos parejas.



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En Torimbia con unos amigos

Juan Carlos (16/04/2025)

El pasado verano estuvimos en Asturias y frecuentamos con asiduidad la playa de Torimbia, una de las más bellas de España.

Coincidió que unos amigos, Miguel y Ana, estaban por la zona y quedamos un día a cenar. Comentaron una foto que había puesto Olga, mi mujer, en whatsapp esa misma mañana, les enseñamos alguna más y quedaron bastante impresionados.

Al día siguiente daban buen tiempo y les animamos a ir juntos para que conocieran la playa en persona. Ellos saben que nosotros somos nudistas y también que Torimbia es una playa tradicionalmente nudista, lo que les echaba un poco para atrás, especialmente a ella. Les comentamos que en verano la mayoría de la gente no va desnuda y que si ellos preferían ir en bañador no iba a haber ningún problema.

Le preguntaron a su hijo, que es de la edad de los nuestros y con los que se lleva muy bien, que qué le parecía y él dijo que a él si le apetecía ir, así que quedamos para ir prontito al día siguiente.

Playa de Torimbia, concejo de Llames (Asturias)

Tras la bajada a la playa, no habíamos terminado de colocar las sombrillas cuando mi hijo ya se había quitado el bañador y estaba preguntando quién se animaba a un chapuzón. Su hermana, que últimamente suele quitarse solo la parte de arriba, se despelotó igual de rápido y se quedaron mirando a su amigo como preguntándole “qué, ¿te animas?”, y el chaval se quitó el bañador y se fueron corriendo al agua.

Su madre estaba alucinando, nos dijo que ni se acordaba de la última vez que le había visto desnudo. Yo, con toda la naturalidad del mundo, me quité el bañador y le pregunté a Miguel, con el que hace mucho tiempo, antes de casarnos, ya había estado en una ocasión en una playa nudista, si rememorábamos viejos tiempos. Miró a su mujer, se encogió de hombros, se quitó el bañador y nos fuimos a la orilla.

Al rato se nos unieron las dos mujeres, la mía en topless y Ana en su bikini. Al salir del agua y volver a las toallas, mi mujer, como tiene por costumbre, se quitó el tanga que llevaba y se tumbó. Al rato Ana se nos quedó mirando y dijo que se sentía un poco fuera de lugar con su bikini entre nosotros sin nada y se quitó la parte de arriba.

Cuando volvieron los chicos, su hijo se quedó congelado al verla así y le soltó un “Pero bueno, mamá, qué sorpresa” a lo que ella le contestó “Para sorpresa tú, que hacía tiempo que no veía ese culito”.

Así permanecimos el resto del día, salvo durante la comida en el chiringuito, y tan a gusto.

Tanto les gustó la experiencia que repetimos otro par de días con el mismo esquema, todos desnudos salvo Ana, a pesar de que le dimos bastante la lata para que probara al menos una vez lo que es disfrutar del mar y el sol sin ropa. Ya habíamos desistido cuando a la tarde, quedando ya pocos en la playa, Ana se puso de pie y dijo “Sabes qué, que no me voy sin probarlo” y así fue.

Incluso nos pidió que le hiciéramos unas fotos con sus chicos y también nos hicimos la consabida foto de grupo.

Ya estamos hablando de hacernos alguna escapadita juntos este año. Ana insiste en que vale, pero que ella no se va a desnudar, que fue cosa de un día. Ya veremos…



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Mi piel como mi atuendo más sincera

Alejandro (28/03/2025)

Soy Alejandro de Argentina, y en la provincia donde vivo el nudismo no es una practica habitual y esta llenísima de prejuicios. Encontrar gente con afinidad por la desnudez es difícil ya que la mayoría solo quiere quitarse la ropa para tener relaciones.

Paso a contarles que de niño me gustaba estar desnudo porque me hacía sentir mas suelto. Salía de bañarme, me quitaba la toalla y disfrutaba mucho de verme en el espejo haciendo poses tontas. En mi crianza se me enseñó que debía de tener vergüenza de estar desnudo, por lo que al principio sentía culpa que a su vez me producía adrenalina por lo «prohibido»: ¿Qué me iban a decir?, ¿si me vieran qué pensarían? Aprovechaba todos los ratos que me quedaba solo en casa para estar cómodo sin que nadie me viera.

Recuerdo muy bien el día en el que estaba alcanzando la mayoría de edad cuando por un informe leído en internet llegué a un foro nudista de la capital. Me fascinaba la idea de que las personas pudiesen pasar el rato desnudos en comunidad, jugando, divirtiéndose y demás, por lo que comencé de a poco a interiorizarme más precisamente en el Naturismo. El no tener gente afín en mi zona hacía un poco difícil cumplir ciertas cosas, pero había experiencias que sí podía tener por mi cuenta, por lo que arranqué a buscar montes y lugares naturales alejados en donde desnudarme. Llegaba me quitaba la ropa, la resguardaba en la mochila y caminaba descalzo por el césped, la arena y los diferentes suelos siempre con mucho cuidado, la sensación es increíble… ¡Lo sientes todo! Desde el viento que te acaricia toda la extensión de la piel hasta las hojas que crujen con tus pasos, las plantas que rozan y el sol que te llena de vitalidad. Es normal que dependiendo la zona yo debía tener más cuidado con ramas secas y espinas, pero con la frecuencia pude aprender a moverme y a explorar sintiéndome parte del entorno, dándome el permiso de jugar y escalar arboles, refrescarme en ríos seguros, sentir la lluvia en todo mi cuerpo mientras camino y extiendo los brazos, o simplemente relajarme a la sombra de un árbol mientras meditaba… si lo pueden probar, con protector solar y repelente, ¡háganlo!

En casa la historia era similar, como vivía solo la pasaba el 80% del tiempo desnudo, ya sea trabajando (soy escultor y artesano) limpiando y demás cosas.

Tengo dos amigos muy cercanos que siempre venían a casa y me tenía que vestir cuando llegaban, hasta que un día que el calor estaba insoportable… tomé valor y les dije… que yo en casa acostumbraba a estar desnudo porque la ropa me incomodaba, a lo que me dijeron «es tu casa, vos andá como querés» y la verdad fue un alivio grandísimo el saber que ello,s a pesar de no ser nudistas, respetaban mi estilo de vida. Desde entonces estaba siempre desnudo cuando me visitaban, charlábamos y pasamos el rato sin que ninguno se inmute por eso.

Con el correr de los años he visitado quintas, playas y reservas naturales que descubrí en mi país y he hecho amigos muy sinceros, de esos con los cuales puedes abrazarte cálidamente y compartir tu tiempo y tu historia. Los nudistas y naturistas con los que conecté tienen esa pequeña chispa de respeto y humanidad que hace que aprecie muchísimo el haberlos conocido y compartido con ellos momentos al natural.

Actualmente, con mis 32 años tengo mi pareja que, si bien no es nudista, acepta mi desnudez diaria y dormimos juntos piel a piel… Me ha dicho que quiere acompañarme a la reserva natural de aquí donde pasé los días más hermosos estando en comunión con la naturaleza y los míos. Probablemente no sea este año, pero me hace muchísima ilusión estar con la persona que amo en el lugar y la comunidad que más abrazó la esencia de mi ser… ¡Gracias por leer mi relato! Piérdanle el miedo y el pudor a su cuerpo, la desnudez los libera.



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A la playa con mi suegra

Carmen y Jorge (23/12/2024)

Somos Carmen y Jorge.

Está anécdota nos pasó juntos. Somos nudistas y, bueno, nuestra familia lo sabe pues alguna vez lo hemos comentado sin más. Alguna vez íbamos a la playa con mi suegra, la madre de Carmen. Ella, a pesar de que en ese momento tenía 65 años, un día dijo de hacer topless. Con ella no íbamos a playas nudistas, pero no hubo problema, pues Carmen lo hacía. Así pasaron varios meses.

Pero un día en el coche nos comenta que porque no íbamos a la playa nudista que solíamos ir sin ella. Nos sorprendió, pero después de hablarlo entre nosotros, fuimos. Ella no hizo nudismo, pero nos animó a que nosotros lo hiciéramos, así que pasamos un día Carmen y yo desnudos y ella en topless. Nos comentó que para nada se sintió molesta y que si tuviera nuestra edad sería una nudista más.

Después fue varias veces más.



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La primera vez de Lucía

Álvaro (25/11/2024)

Mi nombre es Álvaro y después de un tiempo sin pasar por aquí me animo a escribir unas líneas.

Por razones que no vienen al caso me divorcié. Después de esto me he pegado unas vacaciones padre por media España, también tocando Francia y Portugal en un 4×4 «camperizado». Fueron tres meses de ruta en los que me da para contar muchas anécdotas. Estando en ruta recibí una llamada de una amiga la cual nos tenemos mucho aprecio. Yo estaba en los Pirineos y quedamos en que me acompañaría unos días que al final fueron tres semanas. A los tres días la recogí en el aeropuerto de Bilbao.

Lucía sabe que yo practico el nudismo pero ella nunca ha hablado del tema. La primera noche dormimos en un hostal ya que yo llevaba un mes y medio durmiendo en una colchoneta y de vez en cuando se agradece una cama firme. A la mañana siguiente me dijo que quería ir a una playa. Para mi sorpresa era la Playa de Meñakoz (estaba marcada en mi ruta por ser nudista). Yo me despojé de mis pantalones y Lucía aunque cortada se quitó las braguitas de bikini. Al poco se animó a dar un paseo y meterse en el agua como había nacido. Echamos una día tranquilo de playa y de vuelta a nuestra casa en el 4×4 me dijo: «Es la mejor sensación que he tenido en la vida, al principio me ha dado reparo pero si es posible, no volvemos a una playa textil».

Me acompañó en mi ruta las siguientes semanas visitando playas nudistas de Cantabria, Asturias, Galicia y norte de Portugal. A la vuelta de mi viaje volví a encontrarme con Lucía y para mi sorpresa quedamos en una playa nudista en la que había hecho amigos. Mi reflexión sobre esto, una vez que te toca el viento, la arena y el agua, el bañador es para los cobardes que no saben lo que se pierden.