Desde el otro lado

Anécdotas sobre el nudismo y naturismo: Desde el otro lado

Xouba (7/08/2002)

Este mensaje viene a colación de otro publicado por mí hace unas semanas y en el que narraba como, con el ya popular «paddlespanting«, nos deshacíamos mi compañero y yo de los «tiburones» playeros.

Pues bien, si me permitís contaré dos historias: una se desarrolla ayer tarde, y la otra esta misma tarde; y que tienen una estrecha relación con el traido y llevado tema de los mirones.

Martes tarde. Playa del Vilar – Ribeira.
Soplaba un fuerte viento, más del que cabria esperar cuando llegué al aparcamiento. No me sorprendió que al llegar a la playa (más concretamente a la zona nudista de la playa) no me encontrase con nadie próximo a la orilla. Como ocurre casi siempre que sopla el viento la gente se «cobija» entre las dunas que con el paso del tiempo se han formado en la parte superior de la playa. Estas dunas, además de facilitar cierta intimidad, alejan miradas indiscretas y cobijan del viento.

Aquellos que tenemos la oportunidad de disfrutar con frecuencia de la playa conocemos algunos de estos «cobijos» y me dirijí hacia el primero que recordaba. Ocupado. Continué caminando entre las dunas, buscando otro lugar. Ocupado. Un poco más. Ocupado. Ocupado. Ocupado. Llevaba ya un buen tramo recorrido cuando me dije que no más, en el siguiente, ocupado o no, me quedaría. Así lo había hecho en otras ocasiones sin ningún problema.

El lugar estaba «ocupado» una vez más. Dos chicas y un chico. Treinta y tantos años. Como el sitio -que ya había compartido alguna vez, sin ningún problema- era bastante amplio, me coloqué a una distancia prudencial del grupo. Unos 8 o 10 metros. Y de repente, estallo la bomba. Una de las chicas comenzó a comentar a gritos -evidentemente para que lo oyese- esas extrañas circunstancias que llevan a algunas personas a tener el cine para ellos solitos y se van plantar al lado de alguna pareja o grupito. Continuaba comentando que el «rollo este del nudismo se ha convertido en un espectaculo para mirones». Sobra decir que yo estaba desnudo, además había tenido la «cortesía» de no estar ni dando la cara ni el culo para que no se me tomase por mirón o exhibicionísta (y eso que el sol me tostaba un lateral).

Las dos chicas, continuaron con sus «mensajes» llegando incluso a hacer bromas de mal gusto. Unicamente pararon cuando el chico terció y les pidio que callasen y sutilmente cambio de tema. Pero a mí ya me habían «catalogado» como: tiburón playero.

No me faltó nada para acercarme y reprocharle su conducta. Pero me lo pensé dos veces, pues temia equivocarme.

Miercoles tarde. Playa de Espiñeirido. Se da la misma situación, viento, playa desierta, y unicamente un sitio al abrigo de las piedras. Ocupado. Una pareja nos había ganado la partida y se había adueñado del lugar -esta vez iba con mi mujer-.

De todos modos decidimos dirigirnos hacia allí intentando aprovechar algún hueco que nos frenase un poco el viento.

Buenas tardes. Les saludamos. Y comenzamos a dialogar entre susurros mi mujer y yo, para intentar acomodar nuestras toallas. Otros 8 o 10 metros nos separaban de la pareja.

La chica amablemente, y antes de que nos diese tiempo a desnudarnos (ellos sí estaban desnudos), nos dijo que pusisemos nuestras toallas al lado de las de ellos pues era el mejor y único sitio donde realmente estaríamos protegidos del viento. Muchas gracias, pero no queremos molestar -contestamos-. Si no es molestia, lo único que molesta es el viento -respondió ella, otra vez-.

Hemos quedado de vernos mañana en el mismo sitio (si el tiempo no lo impide), hemos pasado una tarde fantástica, y hemos conocido unas personas magníficas.

Pero ¿a que viene todo este rollo?. Pues aparte del hecho en sí, la pregunta es ¿nos hemos vuelto más «cerrados»?, ¿donde empieza y donde termina «nuestra» playa?, ¿que espacio nos pertenece?.

Parecen muchas preguntas pero el trasfondo es solo uno: ¿hasta donde dejamos que los demás se acerquen físicamente o socialmente?

Quizás la respuesta sea un poco personal, pero la intención es abrir un debate. Espero vuestras opiniones.

Un saludo.

Xouba.


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