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En Torimbia con unos amigos

Anécdotas sobre el nudismo y naturismo: En Torimbia con unos amigos

Juan Carlos (16/04/2025)

El pasado verano estuvimos en Asturias y frecuentamos con asiduidad la playa de Torimbia, una de las más bellas de España.

Coincidió que unos amigos, Miguel y Ana, estaban por la zona y quedamos un día a cenar. Comentaron una foto que había puesto Olga, mi mujer, en whatsapp esa misma mañana, les enseñamos alguna más y quedaron bastante impresionados.

Al día siguiente daban buen tiempo y les animamos a ir juntos para que conocieran la playa en persona. Ellos saben que nosotros somos nudistas y también que Torimbia es una playa tradicionalmente nudista, lo que les echaba un poco para atrás, especialmente a ella. Les comentamos que en verano la mayoría de la gente no va desnuda y que si ellos preferían ir en bañador no iba a haber ningún problema.

Le preguntaron a su hijo, que es de la edad de los nuestros y con los que se lleva muy bien, que qué le parecía y él dijo que a él si le apetecía ir, así que quedamos para ir prontito al día siguiente.

Playa de Torimbia, concejo de Llames (Asturias)

Tras la bajada a la playa, no habíamos terminado de colocar las sombrillas cuando mi hijo ya se había quitado el bañador y estaba preguntando quién se animaba a un chapuzón. Su hermana, que últimamente suele quitarse solo la parte de arriba, se despelotó igual de rápido y se quedaron mirando a su amigo como preguntándole “qué, ¿te animas?”, y el chaval se quitó el bañador y se fueron corriendo al agua.

Su madre estaba alucinando, nos dijo que ni se acordaba de la última vez que le había visto desnudo. Yo, con toda la naturalidad del mundo, me quité el bañador y le pregunté a Miguel, con el que hace mucho tiempo, antes de casarnos, ya había estado en una ocasión en una playa nudista, si rememorábamos viejos tiempos. Miró a su mujer, se encogió de hombros, se quitó el bañador y nos fuimos a la orilla.

Al rato se nos unieron las dos mujeres, la mía en topless y Ana en su bikini. Al salir del agua y volver a las toallas, mi mujer, como tiene por costumbre, se quitó el tanga que llevaba y se tumbó. Al rato Ana se nos quedó mirando y dijo que se sentía un poco fuera de lugar con su bikini entre nosotros sin nada y se quitó la parte de arriba.

Cuando volvieron los chicos, su hijo se quedó congelado al verla así y le soltó un “Pero bueno, mamá, qué sorpresa” a lo que ella le contestó “Para sorpresa tú, que hacía tiempo que no veía ese culito”.

Así permanecimos el resto del día, salvo durante la comida en el chiringuito, y tan a gusto.

Tanto les gustó la experiencia que repetimos otro par de días con el mismo esquema, todos desnudos salvo Ana, a pesar de que le dimos bastante la lata para que probara al menos una vez lo que es disfrutar del mar y el sol sin ropa. Ya habíamos desistido cuando a la tarde, quedando ya pocos en la playa, Ana se puso de pie y dijo “Sabes qué, que no me voy sin probarlo” y así fue.

Incluso nos pidió que le hiciéramos unas fotos con sus chicos y también nos hicimos la consabida foto de grupo.

Ya estamos hablando de hacernos alguna escapadita juntos este año. Ana insiste en que vale, pero que ella no se va a desnudar, que fue cosa de un día. Ya veremos…



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