En bolas y sin pudor

Anécdotas sobre el nudismo y naturismo: En bolas y sin pudor

Damián (07/05/2019)

Buenas, soy Damián y ¡me encanta el nudismo! He estado en el Pueblo del Fonoll, del cual hablaré en otra anécdota. Tengo 26 años y me mola combinar el deporte con el nudismo para sentir la naturaleza. Los veranos en Valencia trabajo de jardinero en fincas cerca del polígono. Pero el caloret en Valencia es mucho caloret y aprovechando los descansillos practico un poco de nudismo. Ya llegan los primeros días de verano y con ellos los primeros arreglos de los jardines.

Me ha vuelto a contratar la dueña de la casa de campo del año pasado. Una mujer de unos 64 años, buena persona aunque un poco cascarrabias. Esta semana voy por la mañana a las ocho y me quedo hasta tarde.

El primer día fue el más caluroso, en cuanto llegué la señora me dio las llaves y se fue. Me quité todo el uniforme y me metí a la piscina de un chapuzón. Lo malo es que no hay intimidad y la vecina de al lado nos puede ver a través de unos cipreses mal plantados. Aprovecho para levantarme y secarme delante de ella haciéndome el despistado. Me quedé a dormir allí, me encanta pasear en bolas por su casa, es una señora muy seria, ja, ja.

Al día siguiente salí a darme un chapuzón mañanero y por error cerré la puerta con las llaves y la ropa dentro. En cuanto se cerró la puerta me cagué en todo. Pero en verdad me daba igual si me pillaba, puedo buscar más trabajos.

Faltaba poco para que llegara y yo le dije que estaba podando los rosales. Por suerte encontré una toalla vieja, un poco pequeña pero perfecta, solo me permitía cubrirme la parte de delante.

En el jardín hay una ducha externa, decidí decir que me estaba duchando y se me quedó la ropa dentro. Me mojé un poco y la recibí con la mini toalla y se quedó asombrada. Se lo expliqué y me respondió que podía bañarme si quiero en la piscina pero con bañador. Por los vecinos y todo eso. No me dijo nada más y me trata mejor que antes. Le pedí disculpas ocultando mis partes, dejando el culo al descubierto, el cual no paraba de mirar. Lo mejor fue que me hice un selfie en bolas esa misma tarde, lo subí al insta y, ¡¡le dio me gusta!!