Nacho (20/03/2011)
Suelo practicar el nudismo y la verdad es que no tengo ningún problema en que la gente me vea desnudo. De hecho, en una ocasión estuve en una concurridísima cala de Roche donde había mucha gente con bañador y sólo unos pocos desnudos, y entre ellos, yo. Sin problema. Pero una vez sí que me sentí un poco avergonzado. Estaba con una amiga (ella en top-less) en la playa de El Palmar. Hacía un poco de viento y en un momento dado nuestra sombrilla salió volando. Rápidamente me levanté y salí corriendo para intentar cogerla, pero la sombrilla corría más que yo y poco a poco fui corriendo cada vez más despacio porque me di cuenta de lo cómico que resultaba para los que había en la playa verme correr en pelotas detrás de la sombrilla con mis genitales dando saltitos de un lado para otro. Mi amiga, mientras, se partía de risa desde su toalla viendo la escena. Al final, un chaval que sí llevaba bañador atrapó la sombrilla y me la dio con una media sonrisa mientras yo, desnudo y cansado tras la carrerita, me acercaba a él. Fue un poco vergonzoso, pero qué le vamos a hacer…
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