Dante (01/05/2010)
Resulta que mi primo tiene una enorme hacienda y me pidió que fuera a cuidarla hasta que volviera. Al llegar me recibió mi primo y junto a él tres niños, uno de ocho años y otro de diez y el mayor de once, todos varones. Eran sus hijos, pero ellos aún no conocían a mi hijo. Bueno, en fin, mi primo se fue y yo pasé la noche ahí. Era un lugar increíble y no parecía tener ningún defecto o eso creía hasta que, a la mañana siguiente, lo descubrí. Era que hacía un horrible calor, pero no seco sino húmedo, el cual era insoportable. Entonces se me ocurrió desnudarme, pero como los hijos de mi primo estaban ahí, no lo hice. No quería ser irrespetuoso, así que lo resistí.
Cerca del mediodía, decidí bañarme. Para mi sorpresa solo había una ducha. Estaba fuera, en medio de la finca, cerca de la casa. Como ya los niños no estaban, me decidí, me desnudé, salí con una toalla puesta hasta llegar, me la quité y me bañé. ¡Qué gran sensación era sentir el calor, el viento! Era muy cómodo. Pero sin darme cuenta, los niños habían llegado. Estuvieron riendo un rato, supongo al verme desnudo, cuando cerré los ojos para quitarme el champú, los abrí, y ya para irme, no encontraba la toalla. Sin saber qué pasó, me fui de ahí antes de que alguien llegara a quejarse. Pero la puerta de la casa se cerró, cuando de rrepente aparecieron los niños riéndose de mí, detrás de mí. Les pedí que me dieran la llave, pero dijeron que no y se subieron a un árbol pensando que iba a rogarles. Yo me fui caminando, sin temor al principio, por allí. Ellos me siguieron hasta un río donde me metí para salvarme del calor. Y estuve nadando, mientras los hijos de mi primo me miraban, ya nadando en su sudor cuando les dije que si querían nadar, a lo que respondieron que no, porque no, no querían que les hablen por mojar su ropa, ni siquiera la interior. Pero no se aguantaron y en tiempo récord se despojaron de toda su ropa y entraron aliviados. Me preguntaron por qué estaba desnudo, al parecer ellos y su padre usan shorts para bañarse en la ducha, y para evitarles complicaciones les dije que era más cómodo así. Ahí fue donde comenzó la charla de los cambios en el cuerpo, de por qué yo tenía vello, o el tamaño de mis genitales o por qué tenía los músculos grandes, y continuaron un poco comparándome con su hermano mayor, de once años, el cual ya empezó a mostrar sus cambios. Y todos los días, por el calor, me desnudaba cuando los chicos salían, a lo cual apoyo a muchos es lo más comodo. El último día no resistí en bañarme en el río. Nadar desnudo es una de las mejores sensaciones que hay. Creo que lo probaré en el mar la próxima vez.
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